Las actuaciones para dotar a Ceuta de una conexión eléctrica subterránea con la Península llegan a su momento más crítico, concretamente al despliegue del cable a lo largo de 58 kilómetros por el fondo del Estrecho.
Después de esta primera intervención, se recogerá otra bobina eléctrica y nuevamente el barco repetirá el trayecto sobre el mes de octubre para instalar el segundo cable. A partir de entonces, tan sólo quedará el último tramo: finalizar las obras en las subestaciones de Ceuta y San Roque.
Unos pasos que se llevarán a cabo después de que este mes haya concluido la unión subterránea entre la explanada de Juan XXIII y la subestación Virgen de África. La nueva conexión eléctrica reducirá la contaminación en un 85% y supondrá un ahorro anual de 30 millones de euros en generación de electricidad.