sábado. 03.05.2025

Una vez constituidos los miembros del Jurado Popular, el martes 22 de abril comenzó en la Audiencia Provincial la primera de las vistas orales para juzgar al policía local acusado de matar a su esposa en marzo de 2022. Durante la primera jornada prestaron declaración la familia de la víctima, entre ellos su hija que estuvo presente en el momento de los hechos. La joven relató que tras escuchar un grito de miedo de su madre, ella salió de su habitación y pudo ver cómo su padre cargaba y apuntada el arma. El primer disparo fue el que hirió mortalmente a la mujer de 42 años, el segundo se produjo durante el forcejeo que mantuvo la entonces menor de edad con su padre y acabó impactando en la nevera.

Al día siguiente, la madre y hermana del acusado testificaron, ambas reconocieron que el acusado recibía tratamiento psicológico pero negaron que tuviese problemas de alcohol o que el matrimonio fuese a divorciarse.

A lo largo de las dos semanas, se han expuesto en la sala 1 de la Audiencia Provincial cuatro tipos de pruebas y testimonios periciales: sanitarios, policías locales y nacionales, llamadas al 112 o la infografía del inmueble. Una de ellas de carácter psiquiátrico para esclarecer si el acusado estaba en plenas capacidades mentales, en este sentido uno de los testimonios fue el de la psiquiatra que lo atendía desde hacía 20 años y nunca supo su profesión como policía local, de haberlo sabido hubiese determinado su incapacidad; además, la víctima le confesó en la última consulta su intención de divorciarse.

El jurado también ha contado con periciales de criminalística; de hecho, participó en el juicio un instructor de tiro de policía local para explicar cómo funciona el arma. A ellas se suman las periciales psicológicas centrada en la hija, testigo de los hechos, y la pericial de determinar si el caso presenta las características de violencia de género.

El pasado lunes, el acusado prestó declaración, aunque sólo contestó a su abogado. En su relato, mantuvo la línea mostrada por su defensa en todo el procedimiento, señalando que su hija “estaba endiablada”, se le abalanzó y en ese forcejeó se produjeron los dos tiros de manera accidental.

La demora ha ido marcando la pauta en este juico, en algunas ocasiones debido al propio ritmo del mismo y, en otras, el retraso ha sido por causas ajenas como el apagón eléctrico del lunes, hecho que interrumpió las videoconferencias con profesionales de la península.

El acusado se enfrenta a una petición de 42 años de cárcel por parte de la Acusación Particular ya que se somete a cuatro delitos: asesinato, maltrato habitual, lesiones y contra la integridad morales de la hija.

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