viernes. 29.03.2024

Esta pasada noche por fin abrió la frontera. Tras dos años cerrada por la Covid-19, en principio, y por la merma de las relaciones entre España y Marruecos. Pero hace unos meses ambos gobiernos llegaban a aun acuerdo y el Presidente Sánchez y el Ministro Albares acordaban en sendas visitas a Marruecos que la frontera del Tarajal y la de Beni Ensar, en Melilla, abrieran sus verjas y volvieran a ser zonas de paso e intercambios entre España y Marruecos.

No todas las personas que formaban colas en la frontera del Tarajal estaban allí para pasar al vecino país. Muchos de ellos sentían curiosidad por ver cómo empezaba a funcionar todo. Algunos accedían a pie, tal y como solicitó la propia Delegada del Gobierno horas antes debido a que la frontera aún sigue en obras. Otros lo hicieron en motocicletas y en vehículos que antes tuvieron que pasar por la zona de embolsamiento, que se ha estado utilizando hasta hace unos días como Punto Covid, para realizar test de antígenos, pero que, ante la inminente apertura del paso fronterizo, se trasladó al Hospital Militar.

Las personas que se acumulaban en el lado ceutí de la frontera gritaban de alegría. Al fin se reunirían con familiares a los que no veían desde hace dos años. También, un sector económico de la ciudad ha mostrado estos días su satisfacción, ya que reconocen que la frontera cerrada ha afectado considerablemente a sus negocios.

El próximo 31 de mayo llegará la segunda fase, será el turno de los trabajadores transfronterizos. Parece que la normalidad está volviendo a niveles prepandémicos. Eso sí, los controles de seguridad y los trámites burocráticos aseguran ser más férreos que antes. Unos controles que permanecerán durante la época estival, al menos, como decía este lunes el Jefe Superior del Cuerpo Nacional de Policía, Javier Nogueroles.

La frontera del Tarajal abre con normalidad bajo fuertes medidas de seguridad
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